Glassphemy es un contenedor hecho con vidrio a prueba de balas, desarrollado por el estudio 
Macro-Sea como una forma de volver divertido el reciclaje de vidrio. La gente puede arrojar botellas desde una plataforma, por lo que el contenedor cumple con dos funciones: ayuda a aliviar el estrés y sirve como centro de reciclaje.

Cada vez que se rompe algún objeto -botellas recolectadas en bares cercanos, en Brooklyn-, se activa un sistema de iluminación diseñado por 
Jason Krugman.

Adicionalmente, Macro-Sea y la revista 
ReadyMade lanzaron una 
convocatoria en la que buscan ideas sobre qué hacer con el vidrio sobrante.
 
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