21 de abril de 2014

La revolución de la impresión 3D

Aunque la primera impresora 3D surgió en 1984, fue en años recientes que esta tecnología alcanzó los reflectores, gracias en gran medida a la reducción de sus costos.

Por ejemplo, en 2010 el costo de una impresora 3D rondaba los 20 mil dólares, actualmente su costo  puede llegar a ser menor de mil dólares.

Otro de los aspectos que está permitiendo el crecimiento de esta tecnología es la cantidad de software libre  para fabricar diversos objetos; sitios como Cubehero o Thingverse  permiten a cualquier persona, acceder a una gran diversidad de diseños que se pueden fabricar con este método.

La impresión 3D se está aplicando en distintas áreas y con distintos fines:

Nike y New Balance comenzaron a fabricar tenis con impresoras 3D para experimentar las posibles ventajas que pudieran obtener los atletas gracias a esta tecnología.








Iris Van Herpen presentó una colección con prendas hechas de esta forma, y aunque los diseños no se vendieron al público, es una clara muestra del potencial que esta tecnología tiene en el mundo de la moda.





Durante la pasada edición del festival SxSw, Hershey’s presentó una impresora 3D capaz de fabricar chocolates. La marca cree que en el futuro éste podría ser un método para comercializar sus productos, aunque no existe una fecha de lanzamiento ni un costo real de la impresora.


La firma de ingeniería alemana EDAG, robó la atención de los asistentes del Genova Motor Show al revelar un chasis realizado con una impresora 3D, lo más significativo de este proyecto es que se demuestra que la tecnología puede ser utilizada para construir una estructura de gran escala. Sin embargo, el alto costó y la dificultad para fabricar este chasis, deja en claro que aún faltan muchos años para que los automóviles “impresos” sean una realidad.



Esta tecnología también puede utilizarse para mejorar la vida de las personas desde la perspectiva de la salud; existen casos documentados en que prótesis hechas con impresoras 3D han sustituido aquellas construidas con materiales como titanio. Su ventaja más grande es que los precios son inmensamente más pequeños.



Incluso gracias a esta tecnología fue posible salvar la vida de un niño de 14 meses. Médicos en Louisville, Kentucky replicaron el corazón del niño para estudiar los defectos que ponían en riesgo su vida, de otra manera hubieran tenido que explorar el órgano durante la propia cirugía.


Las predicciones indican que en los próximos años la impresión 3D cambiará muchas de las dinámicas de manufacturación de productos, e incluso la comercialización de los mismos.

Como generalmente sucede con las nuevas tecnologías, en primera instancia grandes marcas solo están utilizando la impresión 3D para generar Word of Mouth en los medios.

Más allá de que esta industria aún se encuentra en pañales, conforme sus costos se reduzcan, seguramente creará nuevas reglas en el mercado del consumo masivo.


En este momento todo es especulación, pero por qué no imaginar el día que compremos el diseño de una camisa y la fabriquemos en nuestro propio  hogar.

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